A veces el amor propio también se agota. Se agota al igual que el amor que podemos sentir hacia algo o alguien. No debería suceder, pero pasa. Es ese momento donde nos miramos en el espejo y vemos a la peor persona del mundo. Cuando comenzamos a creer en todas las cosas malas que nos han dicho de nosotros mismos. Cuando empezamos a sentir que no valemos nada, que todo lo que hacemos es en vano y que no importa cuánto nos esforcemos, seremos esa persona mediocre que vemos en el reflejo. Debería ser diferente, ¿verdad? El amor propio debería ser inagotable, una fuente que emana ese sentimiento de autosatisfacción que nunca se acaba y nos ayuda a ver en medio de las tinieblas. ¿Pero qué pasa cuando se está agotando o se agotó? Fácil, “debemos pensar en lo bueno que tiene la vida”, “en todas las cosas buenas y hasta donde hemos llegado”, en fin, todo ese discurso para que busques “dentro de ti” algo que ya no existe. Es ese momento donde...
Blog personal sobre vivencias, opiniones y críticas de mi vida diaria y en la sociedad donde vivimos. Mi mundo, mi dominio, mi mente.