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Cuaje en la Primera Cita













En una conversación, salió el tema de las relaciones sexuales en la primera cita.  Pues vamos a poner que una amiga tenía su primera cita con este chico que no se ve nada mal y tiene todos los puntos a su favor para el “cuaje” (palabra clave para sexo o relaciones sexuales).  Saldrían a ver una película, tomarían un café, charlarían, en fin, todo eso que sucede en una primera cita.

Pues entre los presentes nos dividimos entre los que están en contra del “cuaje” a la primera o primeras citas y, a los que como yo, estamos a favor al “cuaje” (ahora pueden espantarse).  Puesto que ella está en búsqueda de “ese amor”, que varias veces hasta yo esquivo. Pero que le digo; “niña, no tiene de malo cuajar en la primera cita. Total, en ese momento sabes con que material estás lidiando y muchas veces sale la personalidad de la persona.  Ahí sabrás si hay verdadera química o no”.

En lo que otras compañeras le recomendaban que “no cuajara.  Solo tomara su café y se conocieran. Que tomara su tiempo.” Que aburridas.  No en un sentido malo, si no en que mi pregunta es ¿cuándo es el momento correcto de poder cuajar?  ¿segunda, tercera, cuarta cita? ¿Cuando sean novios o se casen?

No sería la primera persona en cuajar en la primera cita.  Eso es muy común en nuestros tiempos y más en la sociedad en la que vivimos.  Si lo sé, ahora dirán que ese es el problema de esta sociedad y de nosotros, que vamos por ahí con un libertinaje.  Pero muy en el fondo muchos de los que critican tienen una chilla o chillo, fantasean con un encuentro casual. En este caso estamos hablando de dos personas que se gustan, que salen a una cita y por obra y gracia de la química, terminan en una habitación, tal película de Hollywood.

Por ejemplo:  comienzas a hablar con esta persona y quedan en salir.  Llevan hablando días, “conociéndose” (pues uno nunca conoce a las personas del todo), hasta el momento en que cuadran el encuentro.  Ese momento antes en el que te arreglas, te cambias unas 3 a 7 veces por que no sabes si te ves bien y qué impresión tenga la otra persona.  Pero decides salir con la 2da muda de ropa que te probaste. Y en eso sales para el encuentro, con la mente en solo hablar y conocerse, y pues si pasa algo más, pasó.  Después de todo somos adultos.

Para hacerles el ejemplo más corto, salen, hablan más, el ambiente se vuelve más ameno y las risas son más naturales y menos nerviosas.  Hasta que llega el momento de preguntar si vas a dejar a la persona y te dicen que por qué no mejor a tu casa para seguir conversando. Y pues ahí ya sabrán el resto… “CUAJE TIME”.

Pues la chica lleva un par de citas, y lo único que a hecho es tocarle los tatuajes del brazo.  Es un avance, no lo que esperaba que sucediera pero tampoco algo malo. No lo tomen a mal. No es presionándola a que se tire al tipo como si esto fuera una escuela superior.  Es solo algo en lo que nos ponemos a pensar y lo hacemos jocoso.

Al fin del día, cada cual decide cuando cuaja y cuando no.  Uno dicen que el cuaje está bien entre la segunda y tercera cita.  Otras personas prefieren cuajar luego de la quinta. Ninguna está mal.  Pero para mi pensar… Cuajar en la primera cita, tampoco está mal. Saber que existe la química entre las dos personas y que probablemente existe la probabilidad de otras citas más, conocer más a fondo con quien estamos.  Pues he salido en primeras citas donde ni ton ni son. Las despedidas de, “estoy cansado y mañana entro temprano” es lo que me sale antes de, “la pasé horrible, no quiero volver a salir contigo”.

Todo depende de la persona y de la situación.  Si las condiciones son idóneas, obviamente el cuaje se da.  Si no, lamentablemente, amigos, les digo que ese flan, aunque parezca listo, no lo está.

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