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El Hombre que Repite el Ciclo




Les contaré una historia.  Una donde se repite un ciclo y siempre se termina igual.  Al principio alegre y luego se va volviendo nada hasta convertirse en algo opaco o casi inexistente.  La historia de un hombre que repite tanto que pareciera estar acostumbrado al dolor del alma.

Este hombre, de unos treinta años, tez morena, cabello negro rizo y unos ojos marrones, tan oscuros que aveces no puedes ver más allá de lo que refleja.  Con potencial de lograr todo lo que se propone, pero al sentirse que no vale o que no le dan el valor que se merece, se van minimizando poco a poco.  Una sombra, en eso se va convirtiendo.

Cada vez pierde un pedazo de su esencia.  Una pieza que nunca más volverá a encajar y se a perdido por toda la eternidad.  Y por más que quiera repararse, pareciera que todo sigue en su contra.

Les cuento que este hombre, apenas comenzando a vivir su adultez, logrado las metas que se a propuesto, apuesto, inteligente, generoso, amable, claro está tiene cierto carácter como cualquier persona o tal vez peor, de cierta forma es algo inocente.  Como si le pasaran las cosas en la vida y sigue como un niño pensando que nada malo pasará al próximo día.  No a aprendido la lección de que a mayoría de las personas solo están para aprovecharse o para sacarle algo.  Peor aún, jugar con sus sentimientos.

Sigamos con nuestra historia.  Hace casi siete meses, más o menos, conoce a esta otra persona, para nada su tipo, sin ninguna intención más allá de una amistad.  Pero como siempre, algo pasó que hicieron click.  Se sentían bien el uno con el otro.  Se ayudaron mutuamente a salir de un pozo donde se encontraban y no hallaban manera de salir de el.  Todo iba bien en un principio.  Todo era paz, armonía.  Podían tomarse una taza de té como una copa de vino en la sala y pasar las horas hablando sobre cosas existenciales o tan vanales.

De repente algo sucedió.  Una discusión por un desacuerdo.  Digamos que uno decía "blanco" y el otro "negro" y cada cual se acuarteló dentro de su pensar sin dejar paso a la razón.  Obviamente, ese es el principio de como nuestra historia, la historia de este hombre va en picada.

Cada día este hombre se enamoraba más y no le importaban las imperfecciones de la otra persona, pues entendía que el punto de encontrar a alguien es que sea diferente a ti, no una copia.  No necesitaba un clon de si para que fuera algo tan monótono que al final terminara desencantándose y desechar lo que estaba trabajando.  Pero como siempre, no pasa ni un año y se va deteriorando.  La otra persona no encuentra ni siente lo mismo por ese hombre.  Es capaz de decirle en la cara que si tuviera la oportunidad de serle infiel, lo haría, aunque se lo diría, pues tiene "mente abierta".

Y así fueron pasaron los meses.  Momentos alegres, momentos que quedarán en la memoria de ese hombre y sabe que no volverán.  Algo que fue destruido por el egoísmo de otra persona que no tuvo la compasión de decir las cosas de otra forma.

Mes a mes se formaban nuevas discusiones, nuevos problemas.  Pero ese hombre, a pesar de los problemas y las diferencias, seguía viendo algo en esa otra persona que lo hacía quedarse.  No sabía que era, pero encontraba una tranquilidad y cierta estabilidad junto a él.  Pero todo era falso.

Las palabras bonitas, los te quiero, los abrazos, las caricias... todo era una mentira, pues no eran verdaderas.  Solo era una forma de aparentar y aguantar hasta el momento de su partida.  Y por cierto llegó un momento en el que tuvo que salir la verdad.

Una mañana aquel hombre le hizo una pregunta, que fue evolucionando poco a poco hasta que logró sacarle las palabras de la boca... "NO TE QUIERO. NO QUIERO NADA CONTIGO."  El hombre perplejo no sabía que decir o que hacer.  Le tomó un minuto en reponerse y todavía no podía creer esas palabras, pues pensaba que todo iba bien.  "NO SOMOS UNA PAREJA, SOLO NOS ESTAMOS CONOCIENDO", le dice ese otro al hombre de la historia, abriéndole una herida de la cual parecía no podría parar de sangrar.  Habían pasado más de 3 meses, todo funcionaba como una relación y frente a sus amigos, nuestro hombre de la historia, era su "pareja".

Y así fueron pasando los meses.  El hombre tratando de ver como complacía un corazón que lo rechazaba.  Que estaba decidido a no tener nada con él y solo se mantenía a su lado por compromiso.  Por "ayudarlo".  Pero aveces las ayudas, desayudan.  Cada día que pasaba era uno lleno de dolor.  Cada mes, una angustia, pues no sabía la posición en la que estaba parado.  Y aún sabiendo que esta otra persona se iría en par de meses al norte, guardaba la esperanza de que se diera algo.

Propuestas en el aire que en algún momento aquel aceptó y luego se retractó.  Dejando una pena y un vacío como había sentido tiempo atrás.  Y lo más vil que pudo hacerle a ese hombre es decirle; "todo estará bien, yo pasé por lo que tu estás pasando y se que eres fuerte y lo superarás."  Palabras que esperas de un amigo, de un familiar, pero no de la persona que el creyó era su pareja o que compartían un compromiso.  Un compromiso que terminó siendo mentira.

Siete meses perdidos, a la basura.  Y se atreve a decirle al hombre de nuestra historia que no fueron perdidos, que se ayudaron.  El tiempo que pasó junto a ése, pudiéndolo utilizar para trabajar en el, enfocarse en si mismo y no en otra persona.  O tal vez haber conocido a alguien que si valiera la pena y le diera la posición que se merece y no ser solo una opción en la vida de ese otro.

Descubrir que perdió su tiempo y que ahora se queda tan solo como en el principio, tan roto, tan vulnerable.  Que solo desea encerrarse y no salir por que siente que todos hablan de él.  Que su semblante no es el mismo.  No tiene las mismas ganas.  Y no es que sus ganas dependan de si tiene a una persona a su lado o no.  Es el hecho de que una vez más se puso en una situación donde lo destrozaron y solo dejaron parte de él en el suelo.  Que quebrantaron parte de su ser, una parte que sabe ya no volverá a ser la misma y que lamentablemente alguien más terminará pagando las consecuencias, no teniendo la intención.

Claro está, esta historia tiene dos versiones.  La que yo se de este hombre, y la que contará aquel.  Cada cual con el malo de su película y quién tiene más culpa que quién.  No hay forma que persona externa pueda saber lo que realmente sucedió, pues como dicen en mi pueblo "Nada la cuchara que menea el caldero sabe lo que hay dentro".

No digo este pobre hombre, por lo que a pasado, pues es algo que sigue repitiendo por no aprender la lección.  ¿Será que tan testarudo es que no puede darse cuenta de las señales y alejarse en cuanto pueda?  ¿Qué uno no suplica que lo quieran? y puede ser que se ame, por que no pongo en duda de que él tiene tanto amor propio que sigue luchando mientras aquél y sus amigos se burlan de lo que siente.  ¿Pero quién más que él para sentir su dolor?  Y su pregunta es ¿qué tan malo a hecho en esta vida o en vidas pasadas para merecer este karma?  Hay algo que no está aprendiendo el hombre de nuestra historia que lo obliga a repetir una y otra vez lo mismo.

Tal vez será su actitud.  Su forma de ser.  La forma en que se proyecta.  Por el momento no sabremos.  Solo nos queda esperar a ver que pasa en la historia de este hombre, que no hace más que tratar en algo que no tiene suerte.  Por que lo demás, sinceramente, no se puede quejar y no se queja.  Es esa parte de su vida que no logra encajar y conseguir esa estabilidad que busca y necesita.

Es necesario que se aleje un tiempo.  Pero no va a escuchar consejo.  Enfocarse en una sola cosa y olvidarse de lo demás, total, solo eso le a traído dolor a su vida y malgastar su tiempo así no es justo para él.  Sí, necesita tiempo para sanar sus heridas que pensaba había sanado, pero con maldad se las abrieron.  Buscando herirlo para que "odiara a esa otra persona para así poder olvidarle", ese otro no sabía el daño profundo que le creaba.  Así de decepcionado que decía sentirse el otro, nuestro hombre se sentía decepcionado y humillado al derramar lágrimas por quien no se las merece.  Por un ser que pregona paz y anda repartiendo dolor hasta a su familia.  Y no es capaz de ver más allá de sus narices.

A ese hombre le digo:  Sufre, llora, enciérrate si es necesario.  Si esa es la forma en la que puedes sanar tus heridas, hazlo.  Nadie tiene el derecho o el poder de decirte como trabajar tu dolor.  Ellos no son los que lo sienten.  Ellos no están en tus zapatos.  No conocen tu historia y todo lo que has pasado para llegar a donde te encuentras hoy.  Te digo yo, desde el lugar donde me encuentro, que has lo que tengas que hacer para sanar esas heridas.  Al final, solo tú puedes encontrarte y encontrar la forma de curarte.  Tal vez en el camino encuentres a la persona que, igual de roto, se puedan complementar y encajar las piezas que faltan.

Estás destinado a mucho más que sufrimiento.  Hay cosas grandes para ti que se avecinan, y esto son solo pruebas.  Pruebas que ahora mismo no entiendes, no quieres pasar y no quieres aceptar.  No quieres pasar las noches en soledad y el anhelo de tener alguien al lado que pueda entenderte.  Tú eres más grande y verás el día de mañana lo que el destino tenía para ti.  No solo en cuestión de pareja, pero cosas más grandes que eso.

Solo te digo una cosa, hombre; no te rindas.  No pierdas la fé.  Aún cuando sientas que el mundo te a abandonado y te encuentras en un lugar oscuro y solitario.  "Cuando más oscuro está es cuando más cerca está el amanecer".



Carlos J. Rodríguez Muñoz
7/14/18
8:16 p.m.

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