Ir al contenido principal

El Momento en que Carlos Decidió Volverse un Cabrón





Un día me levanté y decidí que era suficiente.  Más que un regaño de un plano más allá que el terrenal, es el consejo de una persona que se preocupa verdaderamente por ti, que no tienen un vínculo sanguíneo, pero me a acogido como parte de su familia.  Y aunque seamos contemporáneos, ella es mi mayor y tiene el derecho, como toda madre, de vez en cuando reprenderme y volver a enfocarme.  Mi otro padrino no se queda atrás, que con su tranquilidad, puede darte el regaño de la vida.

Siempre escribo cuando estoy triste, deprimido o algún recuerdo melancólico me ataca.  E olvidado escribir también de las cosas buenas que me suceden, mis experiencias, mis alegrías y esos momentos que paso en un garage riéndome y aprendiendo.  Mostrarle al mundo que, también, tengo un lado alegre, que alguna vez mostraba con aquella página llamada "Alegría y Bomba Eee" y descuidé por tal vez cansancio y trabajo.

Otra cosa es cierta, luego de una plática con mis padrinos, Elegguá y Obatalá, que debo tomar en serio ponerme como prioridad antes que los demás.  Pues sigo cometiendo el mismo error cada vez y no parece que aprendiera la lección.   Que primero yo, segundo yo, tercero yo y si sobra algo, para mi también..  Pues ha sido tanto que e dado de mi, que me olvido de mi.

Carlos debe volverse un poco egoísta, hacer lo que su corazón realmente desea y no lo que debe hacer por que así lo dice el manual de la vida, o algunas personas.  Carlos debe comenzar a ser más prepotente y arrogante, para evitar más pisotones.  Y ese es el momento en que Carlos decidió volverse un "Cabrón"



Disculpen el lenguaje (mayormente a mi audiencia puritana), pues no hay otra forma de exponerlo y necesito algo que sea tan chocante para que la gente despierte y deje de verme como a alguien de quien pueden aprovecharse.  Además, dejar de dar excusas, como la anterior ya que la mayoría de la gente, afuera, no tiene la misma mentalidad y no puedo esperar a que piensen como yo.

Tengo que volverme fuerte nuevamente. Poner todo y a todos en el lugar que corresponden.  Escuchar consejo y empezar a deshacerme de todo lo que me atrasa; personas, cosas, pensamientos... Buscar dentro de mi y encender nuevamente esa llama que ardía y me hacía sentir que todo lo podía y que no había situación alguna que me pudiera derrumbar.

Debo comenzar a poner altos a todo aquel que busque un beneficio de mi, con intención malintencionada.  Volverme "Stronzo", un "Hijo de Puta", un hombre más seguro.  Pues en otras áreas puedo demostrar seguridad y no permitirme pensamiento alguno que me destruya o darles el control a otras personas sobre mi vida.  Error que e cometido en los últimos años.  Puede ser que sea por que busca a esa persona que marcó mi vida, en las demás.  O sea tan idealista que se me olvida el límite de mi condición de mortal y no reconozca la realidad con la fantasía.

Volverme un "Cabrón" no implica que voy a empezar a pisotear a las personas (aunque hay algunas que se lo merecen).  Es darme la posición que merezco, volverme tan "hijoeputa" que la gente me respete o me tema.  Pues cansado estoy de ser la alfombra de los demás.

Esta semana, hoy, decido que mi actitud cambiará.  Es un proceso pero las circunstancias lo exigen.  Me siento tan cansado de dar y recibir migajas o simplemente dar para quedarme con las manos vacías.  Y no es que yo espere algo cuando lo doy.  Pero es ese gesto de gratitud que no tienen muchas personas y se creen que se les debe rendir pleitesía y besar el suelo donde caminan, cuando en esa posición debo estar yo.  Al fin de cuentas yo estoy ahí para salvar ¿pero quién  detiene mi caer?

Tal vez convirtiéndome en malo, las personas se den cuenta que "he cambiado" por que simplemente no me someto ni someteré a los caprichos ajenos.  No es encapricharme por algo, pero es no  ceder a las exigencias de los demás, olvidándome de vivir por mi y para mi y no por los demás.

Y es que eso ya me a sucedido antes.  Cuando comencé un proceso, que decidí ocuparme de mi, me tacharon como el malo, el más egoísta, el que no quizo ayudar, el que solo se preocupaba por él y no por los demás, el mala fe...  Como si yo tuviera la obligación para atender a los demás.  Por que hasta el sol de hoy, son muy pocas las personas que e visto a mi lado y no me juzgan por lo que fui, por lo que soy y por lo que quiero ser.  Pero no toman en cuenta habiendo yo dado el cien por ciento de mi cada vez que sucede o sucedía algo, para luego me relegaran a un segundo plano.  De cierta forma, dándome de codo.  Pero en el momento que decidí plantarme firme, Carlos es el malo.  "No me ayudó", "no esto...", "mira que diferente están ya no lo reconozco", "Carlos se ha vuelto malo y totalmente un extraño.  Pues claro, me han hecho cambiar.  He decidido cambiar.

Cambiar mi forma de pensar y de ver a la mayoría de las personas.  Por eso hoy decido dejarme de "pendejerías" y volverme un "cabrón".  Darme mi posición.  Por que valgo. Por que soy independiente, tengo mis cosas y no tengo la necesidad de rogarle a nadie.  Al contrario, estoy para exigir y me rueguen a mi.  Tengo el derecho y potestad de mirar a algunas personas por encima del hombro, y simple hecho que no lo haga no me hace un iluso a lo que piensan de mi o la situación.  Solo que es tal el grado mínimo de importancia, que ni me interesa y más fácil es ignorar y reírme.  Y que conste, no tengo necesidad de hablar a espaldas de nadie y mucho menos "despellejar" cuando no hay tanto de entretenido para yo poder, ¿cómo digo esto?, expresar mi poco interés y hacer de una situación algo más ameno.  Y si tengo que mirar por encima del hombro, o como dicen en mi pueblo finamente: "cagar más arriba del culo", yo sí lo puedo hacer.  Como diría mi amiguita Teresa... "Entre ser y no ser.... YO SOY!".


No estoy para buscar a nadie y no me importa si no me buscan.  Pues dicho está que la gente viene y se va de tu vida por algún propósito y razón.  Poco a poco voy internalizando ese precepto.  Y muy bien e aplicado el dicho que escuché en un garage... "No te preocupes cuando esté hablándote, preocúpate cuando deje de hablar". 











Carlos Julián Rodríguez Muñoz
8/27/18
8:56 p.m.

Comentarios

  1. Respeto tu posicion porque te aprecio como quizas no te imaginas, pero como amigo te digo que... Nunca debes dejar de hacer lo que esta bien, porque otros actuaron mal. La opcion de voy a cambiar y me volvere un cabron porque me han hecho dano, se han aprovechado de mi, me han utilizado, es una salida, que quizas te de tranquilidad por un momento, pero al final de cuentas ese no eres tu, ese no es el ser lleno de luz que vino a este mundo con la mision de entregarse a la familia, amigos, parejas, y todo el que le rodea. Cuando vas en contra de tu propia naturaleza, estas fuera de tu elemento, te sales de armonia, entonces te estas fallando a ti mismo, y ellos han vencido, porque te convirtienron en lo que ellos son.
    Es como una pelicula de zombies, te cansas de correr y abrazar a los zombies esperando una respuesta, pero ellos ya estan muertos, entonces decides me doy por vencido, dejas que uno te muerda y te conviertes en uno de ellos, se ha perdido la esperanza.

    No! deja que tu luz cubra al mundo, y si no brilla lo suficiente intentalo otra vez, y otra vez... tu estas en lo correcto, y lo correcto no debe cambiar. No es mas fuerte el que se convierte en un CABRON, sino el que a pesar de todas las circunstancias, permanece firme, porque sabe que hay un proposito superior, y debe ser alcanzado a toda costa. Dios te bendiga mi nino, estas en mis oraciones, porque se que estas lejos de ser un CABRoN, tu nunca lo seras, eres un alma noble y debes estar orgulloso de portar algo que es invaluable!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿El Sufrimiento y el Dolor Purifican el Alma?

Luego de subir la entrada "El Momento en que Carlos Decidió Volverse un Cabrón", recibí varios mensajes.  Pero uno en particular me llamó la atención.  No mencionaré a la persona, pero este blog va dedicado a esa conversación que tuvimos sobre el tema. Esta persona, leyendo varias entradas del blog, notó el dolor en algunas, o mayorías, de mis palabras.  Cuanto aborrezco sentirme mal, triste y busco la forma de bloquear ese tipo de sentimiento.  Tal mi objetivo que tengo; tratar de llegar y mostrarme tal como soy, para que otras personas, tal vez como yo, puedan encontrar que no están solos en este planeta y todos somos vulnerables.  Somos seres humanos que sentimos y padecemos.  Que es aveces difícil levantarse en las mañanas para realizar todas las cosas que debemos, por obligación y no por deseo. Pero vamos al tema que compete;  ¿es el sufrimiento y/o el dolor, purificadores del alma?  Una pregunta que llevo meses buscándole una respuesta desde que cruzó por la m

"Agujeros en el Vaso": Analogía

Esto que les voy a contar no lo inventé yo, si no pues alguien que está ayudándome a poder arreglar esas cosas en las que estoy fallando y necesito superar.  A veces la vida nos parece tan complicada, que con que nos muestren visualmente lo que nos está pasando es suficiente para poder entender.  Sentirte vacío, roto, que simplemente el deseo se te va.  Y ahí es donde los ayudaré a entender, como yo entendí el mensaje.  Esto es, con un simple vaso.  Puedes hacerlo física o mentalmente.  Cuidado si deciden realizar el ejemplo físicamente, ya que tienen que tener cuidado y no soy responsable de ninguna de las heridas. Vamos a imaginarnos un vaso.  El vaso está normal.  En perfectas condiciones.  Puede ser un vaso plástico o de cristal.  Ese vaso tan perfecto, completo, sin nada, puede ser llenado.  Le puedes llenar con agua y no vas a tener problemas.  Lo puedes llenar hasta el tope si quieres.  Con eso eres feliz, tu vaso está lleno y podrás tomarte el agua o guardarla

Reflexión: El Monje Que Vendió Su Ferrari de Robin S. Sharma

Reflexión: El Monje Que Vendió Su Ferrari de Robin S. Sharma Nunca e sido fan de los libros de autoayuda y los encuentro un poco aburridos y redundantes.  Pero no es hasta ahora, en mi proceso de sanación personal, emocional, mental, espiritual o como deseen llamarle, que me he puesto a leer unos cuantos, o mejor dicho, me han hecho leer.  Y este es uno de los que me leí.  Eso si, tarde dos meses por que en algún punto de esta “fábula espiritual” me aburrí y recordé que era más de lo mismo que siempre e escuchado y base de la mayoría de la filosofía en la que creo, pero en muchas ocasiones olvido practicar. Este nuevo monje, acabado de iluminar en las montañas del Himalaya, casualmente lleva de nombre Julián.  Una de las cosas que me llamó la atención de la historia y la cual me hizo querer terminar el libro, aunque admito que los últimos capítulos fueron un tedio.  Pues digamos que soy algo como ese personaje al principio del libro.  Al igual que Julián, me “hundía p