Que difícil es aparentar ser esa fuerza imparable. Demostrar que eres fuerte y ni los actos o palabras te lastiman y sigues. Que parecer seguro de tus pasos y sentirte perdido. Estar rodeado de personas y sentirte solo… alejado.
Saber que estas haciendo todo lo posible, dando tu máximo esfuerzo y sentir que no vale de nada. Un sentimiento que está ahí pero no sabes explicar. El comienzo de un día nublado y el avecinamiento de lo que parece ser una tormenta. Aún así no permitirle a persona alguna que todo esto sucede dentro de ti mientras con una sonrisa saludas o publicas cosas para distraer a esos ojos de que cuando en vez se posan en mi perfil esperando ver si el verdadero yo sale.
Convertirme en comidilla y ser burla. Saberme con ganas de llegar y encerrarme por días y ver si alguien nota mi ausencia, siendo verdaderamente la persona que dicen que soy para ellos. Ser rescatado por alguien, así como yo, tan roto, tan frágil, que le importe tanto más el mundo que su propia persona.
Ese es mi problema; tanto me doy que termino sin nada para mi. Que nadie ve más allá de mis errores, faltas o no se qué. Siendo entonces yo el que falla, quien lo hace mal. Tener que cargar con el pensamiento de “nunca haces nada bien” o “no eres bueno”. Todo esto sabiendo que no debería pasarme por la mente. Ser fuerte y combatir esos fantasmas, esos demonios que comienzan a acechar.
Pero es que es tan fácil ser la otra persona y no uno. Es menos complicado querer ser otra persona y no tú. Desear no ser “especial” o “único” como te dicen creer, o pensar que te lo dicen para mofarse.
No debería sentirme así… nadie debería sentirse así. Querer ser otro, querer estar lejos, querer desaparecer. Todos dicen entenderlo. Me pregunto ¿Lo dicen por obligación o geniuna empatía?
No lo digo por nadie en específico… o puede que sí. Total, al fin y al cabo terminaré siendo de quienes se ríen y a sabiendas, respirar profundo, como tantas veces, y echar a andar.
Carlos J.
11/3/18
11:08pm
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