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Cuando El Desespero Nos Gana




Esa necesidad de escribir y no saber qué.  Tener en tu mente tantas ideas y no poder elegir una, es problema serio.  Es como elegir o decir quien es tu hijo favorito.

Pero hoy quiero tocar un tema que llevo semanas buscando como abordarlo.  Es uno de gran importancia e interés tanto social como personal; El Suicidio.

Según La Organización Mundial de la Salud, "cerca de 800,000 personas se suicidal al año.  Por cada persona que se suicida, muchas más lo intentan y es una de las causas principales de muerte entre las edades de 15 a 29 años".

Yo soy parte de ese porciento que lo intentó (por cada persona que se suicida otras 20 lo intentan, según OMS).  Y aquí plasmo mi experiencia y como e lidiado con lo que me llevó a tomar una decisión que, en su momento, fue la única opción para salir de todo el dolor y frustración que había en mi.

No es secreto que llevo tiempo sufriendo de depresión (Trastorno Depresivo Mayor, Depresión Mayor o Depresión Clínica, como me diagnosticaron), pero siempre manejaba la situacion y podía salir de ella un poco, pero siempre recaía, sea por problemas en el trabajo, de familia o amorosos.  Estos últimos 5 años han sido los peores, en cuestion de mi trastorno depresivo.

Varias veces lo intenté (el suicidio), sin repercución alguna, solo tomaba un puñado de pastillas para dormir y me iba a la cama, pero me despertaba al otro día como si nada, con el mismo dolor y la misma pena, eso si, mareado, lamentándome por no haber desaparecido mientras estaba en el mundo de Morfeo.  Pero no fué hasta este año, exactamente el 25 y 26 de junio que lo intenté por última vez y casi lo logro.  Pero algo te puedo decir, algo me salvó.

No sé cuál sean tus creencias, mi apreciado lector, pero te puedo decir con certeza de mi experiencia, de que hay algo más grande que yo y que todavía me quiere en este mundo.  Pues luego de un rompimiento doloroso, donde el engaño y la infidelidad, agregado el acoso laboral, el "stress" del trabajo y sentirme que todo lo que hiciera no valía la pena, contra mi jugaron un papel donde nada tenía sentido... Ni seguir viviendo.

Te cuento esto, no para que me tomes pena o tomes idéa.  Es para un ejemplo de lo que miles de personas sufren en secreto, pues no tienen como o un grupo de apoyo.

Ya llevaba semanas retraído y la gente lo notaba, pero me dejaban tranquilo, pues pensaban que era solo uno de mis arrebatos momentanéos y luego se me pasaría y hablaría sobre lo que me sucedía.  Pero no fue así.  Entre relación y trabajo, me iba ahogando en mi propia pena, llegando a casa, abriendo una cerveza y tomando el primer pote de pastillas que encontrara.  Estaba decidido a terminar con mi dolor.

Todo el mundo vió las señales, pero no hicieron nada.  No los culpo, pues lo oculté lo suficiente, y solo pensaban que estaba triste.  Pero poco sabían lo que por mi mente pasaba.  Llegó un momento donde me desconecté completamente de todo.  El mundo fuera de mi casa, fuera de mi era muy doloroso vivir.

 Un viernes por la noche, me tomo más de 6 pastillas para dormir y me acuesto, teniendo un turno a las 7 de la mañana al otro día.  Me levanté tarde y mareado y no sé, sinceramente, como llegué al trabajo, pues tenía el efecto de las pastillas en mi sistema.  pasa el día de trabajo y mi mente sigue buscando una manera de terminarlo todo.  Vuelvo y tomo pastillas esa noche y al otro día me levanto peor.  Llego al trabajo y mando al muchacho, que estaba entrenando, a comprar desayumo.  Mi último desayuno, pensaba yo.  Ya estaba decidido.  Ese domingo, 25 de junio, sería mi último.  El chico y el "runner" (quien busca los depósitos y nos trae los materiales al trabajo) de la compañía, notan que no estoy bien y le comentan a mi jefe y a mi prima.  Pero siguen sin hacer nada.  Pero ya sabía yo cual sería el siguiente paso.   No era necesario andar divulgando que me iba a matar.  Quien lo hace, lo hace sin llamar la atención.

Decidido, voy y compro otros 3 paquetes de pastillas de dormir de 36 cada paquete (lo cual deberían regular) y me fui a mi casa.  Busqué una cerveza y abrí el primer paquete y me las fui tomando de par en par.  Ya para el último paquete, sentía que iba a vomitar, reflejo del cuerpo, y me aguanté y dejé de 6 a 8 píldoras.  Me voy a dormir.

Me levanto a las 3 de la madrugada sintiendo como si me fuera volando, sudando frío, casi largándome de este mundo.  Pero de alguna forma no sucedió.  Me levanté a las 11 de la mañana, mareado, como si hubiera salido a tomar.  Claro, estaba con una sobredosis de pastillas para dormir.

Ya a estas alturas mi relacioón habia terminado hacía un mes, me enteré de su infidelidad y sus palabras fueron:  "en dos semanas te pude olvidar".  Lo llamo para pedirle hablar, mi última esperanza antes de lo que vendría luego.  Volvió a tratarme como basura y yo me dejé.  Procedo a tomarme el resto de las pastillas que me sobraron y me monto en el carro para ir a su casa.  Necesitaba verlos y que me dijera de frente que ya no me amaba, que ya se acabó.  Me le acerco para hacerle entender que no estoy bien y me empuja.  En ese momento caigo en un trance y me digo '¿qué carajos?' y le digo, "mejor estaría muerto", y me voy en mi carro.

Entre llamadas entrantes de el, y mis gritos, perdí la noción del tiempo y no se en que momento llegué a la sala de emergencias.  Ahí me atienden y me ponen en un cuarto, sin yo responder, en estado de shock, doctores y enfermeras tratando de obtene palabra alguna de mi, pero ya no respondo.   Solo me quedo mirando a la nada, pensando que soy lo peor y que debería dejar de existir.  Debo condenarme.

Para hacerles el cuento largo, corto, fui internado por dos días y medio por intento de suicidio.  Sí, Carlos Julián, "Lead Concierge", con casa propia antes de los 30, carro propio, planes, sueños y metas por cumplir.  Fue en ese momento en el que me desperté y me di cuenta que lo que habia hecho fue un craso error.

Nótese que nunca e mencionado que soy un cobarde por haber hecho l oque hice, pues se requiere de un tipo de valentía para atentar contra la vida de uno.  Cuando no ves una salida o no puedes, o así sientes, contar con nadie y es la única forma de escapar al dolor.  No puedes juzgarme por eso, y no permitiré que me llamen cobarde por eso.  Pero tampoco me vanagloréo por eso.  No estoy exaltando mi acto de debilidad, por ponerle un nombre.  No le estoy dando un "status" de gloria al suicidio o al intento de, que quede claro.  Tampoco es la solución, pues no lo es.  El mundo sigue girando contigo o sin ti.  Eso no cambia.  Una persona que llega a este punto es por que está tan rota que no puede más con el dolor y su remedio es ese.

El punto al que quiero llegar es que no sabemos que pasa en la mente de los demás.  Es muy fácil sentarse del otro lado de la mesa y decir que solo estoy triste por que me dejaron y se me pasará.  Gente, no.  Llegar a ese punto no es estar triste; es estar desesperado.

Por suerte divina, por un algel de la guarda que me proteje o por un motivo más allá de explicación racional y un plan divino en el que no es mi tiempo partir o no sé que, sigo aquí, como dijeron las enfermeras.  Pues se supone que luego de todo lo que hice expirara entre el 25 y 26 de junio y todavía sigo aquí.

Dentro de mi locura momentánea, busqué ayuda.  Estoy en camino de progreso con terapias y ayuda de profesionales quienes me están dando las herramientas para luchar contra este mostro que se llama depresión.  Contar con un grupo d eamigos, que sin ellos tal vez esto sería imposible y me han escuchado llorar como un niño, poco a poco voy recuperando esa fuerza vital, esas ganas de comerme el mundo.  Volver a ser YO.

¿A dónde quiero llegar con esto?  Sencillo, todos somos vulnerables.  Tenemos momentos oscuros en nuestras vidas y es en ese momento donde debemos conseguir las fuerzas que no tenemos para buscar esa ayuda.  Terapia ha sido parte de mi salvación, al igual que esas amistades que nis no les escribo a diario me bombardean el teléfono con mensajes para saber qeu estoy bien, unos padres que se hab preocupado y, claro está, Damián y Lilith.

Estimado lector, si estás en esta situación, te aconsejo, te pido, te suplico que busques ayuda.  No estás solo, aunque así lo sientas.  La depresión es esa voz diciendote todas esas mentiras sobre ti.  Sé que tenemos días grises, pero para eso existen las sombrillas.

Si necesitas hablar, escríbeme, tal vez te identifiques y juntos podamos buscar la solución adecuada.  Pero no estás solo o sola.

A continuación les dejo el número de la Línea Nacional para la Prevención del Suicidio funcionando las 24 horas del día, todos los días: 1-800-273-8255

O si deseas escribirme, lo puedes hacer a Karyos' Domain , y te responderé con la mayor brevedad posible.  Pero no dejes de comunicarte.




Carlos Julián Rodríguez Muñoz
13 de diciembre del 2017
10:50 a.m.







Aquí algunos "links" y datos sobre estadísticas y formas de detectar, prevenir y/o ayudar a una persona que está pasando por esta situación.

Prevención del suicidio: un imperativo global
Suicidio - OMS
Infografía - Datos y cifras
Preguntas y respuestas sobre el suicidio


Comentarios

  1. Siempre pense, que puede ser tan malo en la vida, que haga que una persona no quiera vivir mas? como puede alguien querer terminar con sus oportunidades de ser feliz, alcanzar metas, vivir? hasta que personalmente senti la necesidad en mi propia carne y huesos, de dar una solucion definitiva a un problema temporal. Hoy entiendo que este tema tan delicado, que tiene miles de vertientes, es muy dificil de abordar. Solo quiero agregar a este articulo, que si alguna vez piensas que no hay sentido para tu vida, mires alrededor, pero no como tu, sino como un espectador de tu propia vida, y piensa como tu vida impacta la vida de otras personas, y si realmente la solucion es soltar... vas a descubrir, que hay opciones, y si bien es cierto que partir es una de ellas, definitivamente no es la mas inteligente... respira y trata de verlo en perspectiva.

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