Ir al contenido principal

Extrañándote...







Te extraño.  No sabes la falta que me haces.  Tu inocencia, tu ternura, tu forma de ser que ya no es.  De forma alguna desapareciste.  Esfumado en el tiempo y solo permanente en mi mente.  No importa cuantas veces te intente traer, se que te perdí.  Ya no volverás.  Quisiera que no fuese así.  Que te hubieras quedado.

Pero la vida es así.  Nos rompe, nos hace pedazos y separa.  Sinceramente no quería perderte.  Muchas veces intenté recuperarte, pero nunca pude.  Por más que llore y ruegue, se que ya no volverás.  Solo un fantasma, tu fantasma.

El problema es que no encuentro la forma de reencontrarte, por más que intente, me es imposible lograrlo.  Incluso, cuando miro tus fotos y me quedo fijo en la mirada tiesa que me devuelve la imagen, me pierdo en lo que era, en lo que fue ese momento y en lo que fuiste, que quedó plasmado pero más nunca volverá.

Como dice Dumbledore a Harry: "No hace bien dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir..."  Yo le haría un cambio... "No hace bien vivir en el pasado y olvidarse de vivir".  Que problema el mio, pues me gusta, de alguna forma encuentro adictivo, el sentimiento nostálgico que me causa mirar al pasado.  Es mi máquina del tiempo, mi mente, y en ella revivo todo eso que vivimos.

El extrañarte me convierte en este ente gris, que vive en una eterna sombra, esperando a que, de casualidad, dejes escapar un rayo de claridad.  "¿Dónde estás? Que no te puedo encontrar", como dice aquella canción de Soraya.  Una búsqueda constante de la que no me canso, por que sé que estás ahí.  Todavía me escuchas y sé que te encontraré.

Todo este tiempo y es ahora que caigo en cuenta que te descuidé.  Soy el culpable de que no estés más, de que te hayas ido.  Cada día y noche pido al cielo poderte encontrar.  Que me des una señal de que todo estará bien.

Pero aveces creo imposible tu pronto regreso.  Pues ni recuerdo en que momento te perdí.  Cuándo te fuiste de mi vida.  Has dejado un vacío en mi, que un sin número de veces e intentado llenar con poco acierto y eficacia.  Y tal vez por eso es que cometo los errores que cometo.  Sé que si estuvieras aquí me reprenderías de tal forma y no sería de tu agrado, pues, conociéndote, desaprobarías la forma en la que he llevado mis cosas, mi vida, mi esencia...

A ti te extraño más que a nadie.  Y siempre seguirás en mi mente y seguiré en la búsqueda.  Sé que estás aquí.  Sé que eres la única persona que puede salvarme.

Aún espero encontrarte, reencontrarme.  Pues es a mi a quien más extraño en esta vida.  Es quien solía ser, como solía reír, como me podían ver.

Ahora solo soy ese Carlos que vive por vivir.  Ese ser vagabundo en un mundo que encuentra sin sentido.  Esperando el momento en el que, mirando hacia atrás, pueda volver a ser yo, volver a mi esencia, reencontrarme.

Sé que no es tarde aún, pero el tiempo apremia.  necesito que vuelvas, necesito volver... Te extraño Carlos Julián... Caito...







Carlos Julián Rodríguez Muñoz
Diciembre 22, 2017
8:00 p.m.
A 10,000 pies de altura

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿El Sufrimiento y el Dolor Purifican el Alma?

Luego de subir la entrada "El Momento en que Carlos Decidió Volverse un Cabrón", recibí varios mensajes.  Pero uno en particular me llamó la atención.  No mencionaré a la persona, pero este blog va dedicado a esa conversación que tuvimos sobre el tema. Esta persona, leyendo varias entradas del blog, notó el dolor en algunas, o mayorías, de mis palabras.  Cuanto aborrezco sentirme mal, triste y busco la forma de bloquear ese tipo de sentimiento.  Tal mi objetivo que tengo; tratar de llegar y mostrarme tal como soy, para que otras personas, tal vez como yo, puedan encontrar que no están solos en este planeta y todos somos vulnerables.  Somos seres humanos que sentimos y padecemos.  Que es aveces difícil levantarse en las mañanas para realizar todas las cosas que debemos, por obligación y no por deseo. Pero vamos al tema que compete;  ¿es el sufrimiento y/o el dolor, purificadores del alma?  Una pregunta que llevo meses buscándole una respuesta desde que cruzó por la m

"Agujeros en el Vaso": Analogía

Esto que les voy a contar no lo inventé yo, si no pues alguien que está ayudándome a poder arreglar esas cosas en las que estoy fallando y necesito superar.  A veces la vida nos parece tan complicada, que con que nos muestren visualmente lo que nos está pasando es suficiente para poder entender.  Sentirte vacío, roto, que simplemente el deseo se te va.  Y ahí es donde los ayudaré a entender, como yo entendí el mensaje.  Esto es, con un simple vaso.  Puedes hacerlo física o mentalmente.  Cuidado si deciden realizar el ejemplo físicamente, ya que tienen que tener cuidado y no soy responsable de ninguna de las heridas. Vamos a imaginarnos un vaso.  El vaso está normal.  En perfectas condiciones.  Puede ser un vaso plástico o de cristal.  Ese vaso tan perfecto, completo, sin nada, puede ser llenado.  Le puedes llenar con agua y no vas a tener problemas.  Lo puedes llenar hasta el tope si quieres.  Con eso eres feliz, tu vaso está lleno y podrás tomarte el agua o guardarla

Reflexión: El Monje Que Vendió Su Ferrari de Robin S. Sharma

Reflexión: El Monje Que Vendió Su Ferrari de Robin S. Sharma Nunca e sido fan de los libros de autoayuda y los encuentro un poco aburridos y redundantes.  Pero no es hasta ahora, en mi proceso de sanación personal, emocional, mental, espiritual o como deseen llamarle, que me he puesto a leer unos cuantos, o mejor dicho, me han hecho leer.  Y este es uno de los que me leí.  Eso si, tarde dos meses por que en algún punto de esta “fábula espiritual” me aburrí y recordé que era más de lo mismo que siempre e escuchado y base de la mayoría de la filosofía en la que creo, pero en muchas ocasiones olvido practicar. Este nuevo monje, acabado de iluminar en las montañas del Himalaya, casualmente lleva de nombre Julián.  Una de las cosas que me llamó la atención de la historia y la cual me hizo querer terminar el libro, aunque admito que los últimos capítulos fueron un tedio.  Pues digamos que soy algo como ese personaje al principio del libro.  Al igual que Julián, me “hundía p